La
vida esta en constante movimiento, son pocas las cosas que no cambian a través
del tiempo. Desde que nacemos estamos en constante evolución, ya que todos
nosotros –o al menos, la mayoría—
tenemos la oportunidad de decidir que queremos y que no. Y creo que cada cual a su manera quiere ser
exitoso, reconocido y querido. Y si esto es así, porque hay personas que no
están conformes con los resultados que están alcanzando en sus vidas?
Las
personas que alcanzan lo que quieren tienen en común que enfocan su energía y
tiempo en hacer actividades que los acercan al cumplimiento de sus metas. Generalmente estas actividades no son fáciles
de realizar y consumen altos niveles de energía. Para aprender un nuevo idioma
debemos estudiar muchas horas muchos días, sin que veamos los resultados de
nuestros avances fácilmente. Entrenar para correr una carrera de atletismo
exige que salgamos todos los días a la calle a entrenar, abandonando el cómodo
sillón de casa y salir al frio de la calle. Comer saludablemente para eliminar
los gorditos que nos sobran y mejorar nuestra salud nos obliga a abandonar la
comida que hemos saboreado durante tantos años. Sin embargo, los sacrificios
que hacemos en el corto plazo traerán sus frutos con el paso de los días. Por
eso es importante ratificar nuestros deseos, teniendo claras las acciones que
debemos desarrollar. Ratificarnos un día tras otro en lo que queremos, sin
importar lo duro que pueda ser.
Hay
otra clase de personas, las que tienen claro lo que quieren pero no ejecutan
acciones diarias para alcanzar sus objetivos, y prefieren realizar actividades que
son fáciles de ejecutar, por que no consumen energía y fácilmente distraen. Es
muy fácil llegar a casa y sentarnos a ver televisión, ya que es una actividad
que nos distrae y no consume mucha energía. Revisar Facebook o Twitter durante
un buen rato es bastante fácil, pero desafortunadamente no nos ayudan a
alcanzar nuestros objetivos. En estas acciones no deberíamos invertir nuestro
valioso tiempo. Rectificar el rumbo cuando vamos por el camino equivocado es
clave para ser exitoso.
Preguntémonos
todos los días, con cada acción que hacemos, si debemos ratificarnos o
rectificarnos, esto nos ayudará a no dejar al azar el alcanzar nuestros
objetivos.