Aunque tenemos claro que existe una gran
diferencia entre esfuerzo y resultado (el esfuerzo tiene que ver con el proceso
y el resultado con el producto final) muchas veces actuamos como si el uno no
dependiera del otro.
A todos se nos presentan en la vida situaciones
en las que el esfuerzo que hacemos no es proporcional al resultado:
-Decimos que tenemos suerte cuando nos
esforzamos poco y tenemos grandes resultados (como cuando nos ganamos una
rifa).
-Decimos que la vida no es justa cuando nos
esforzamos bastante por alcanzar una meta y no obtenemos los resultados que
esperamos (como cuando vamos al gimnasio día tras día, hacemos dieta, nos
cuidamos y al final nos miramos al espejo y no hemos mejorado como
esperábamos).
Es raro que sin esfuerzo haya un buen
resultado, pero es común que esperemos un buen resultado haciendo poco
esfuerzo.
Hay algunas ocasiones en que nos esforzamos
bastante y encontramos resultados rápidos (cuando un libro nos gusta y
decidimos no parar hasta terminarlo).
Pero mas importante que hacer un gran esfuerzo
una vez, es poder hacer un esfuerzo permanente, que se mantenga a lo largo del
tiempo (no es lo mismo ir 10 horas al gimnasio una vez a la semana, que ir 5 días
durante dos horas cada uno; así como no es lo mismo hacer una gran comida
durante el día que hacer cinco comidas balanceadas).
El éxito llega cuando te preparas
adecuadamente, cuando haces tu tarea día tras día, cuando te esfuerzas por ese
algo que quieres alcanzar, sin importar los sacrificios que debas hacer o los
obstáculos que debas vencer, este es el gran secreto de los exitosos.
No olvides que en la vida obtenemos lo que
merecemos, no lo que soñamos.