“Procurad hacer un poco de silencio también vosotros en vuestra vida para poder pensar, reflexionar y orar con mayor fervor y hacer propósitos con más decisión. Hoy resulta difícil crearse “zonas de desierto y silencio” porque estamos continuamente envueltos en el engranaje de las ocupaciones, en el fragor de los acontecimientos y en el reclamo de los medios de comunicación, de modo que la paz interior corre peligro y encuentran obstáculos los pensamientos elevados que deben cualificar la existencia del hombre. Es difícil, pero es importante saberlo hacer.”
Juan Pablo II.
Aparte de nosotros mismos, muchas personas alrededor nuestro se ven afectadas con la perdida de nuestro empleo. Y debido a la alta carga de estrés a la que nos vemos sometidos, nuestros cuerpo es suele ser uno de los grandes damnificados en este proceso.
El estrés empieza a sentirse en el apetito (aumenta o disminuye según la persona), se pierde el sueño y nuestros músculos están contraídos todo el tiempo, como esperando un golpe. Además, pueden aparecer problemas internos mucho más severos, los cuales, si no son tratados oportunamente, pueden hacernos jugar un mal rato.
Es por esto que a continuacion propongo algunos puntos que nos pueden ayudar a cuidar mejor nuestro cuerpo en este proceso:
- Al llegar a casa quítate los zapatos y la ropa que te pueda estar incomodando, siéntete cómodo con lo que te pongas en casa.
- Haz alguna actividad que te permita desconectarte del día –bueno o malo- que hayas tenido. Haz algo que te de verdad te guste, como leer, ver tv, hablar con tu familia. Así relajas los sentidos y te alejas del estrés.
- Antes de acostarte haz una lista de las cosas que debes hacer el siguiente día, de manera que puedas irte a la cama tranquilo de que las cosas no se te van a olvidar.
- Si algo te incomoda antes de acostarte, soluciónalo, convérsalo con alguien o escríbelo en un papel y tíralo a la basura, de manera que no roben tu atención ni tu descanso.
- Come bien en las noches. No tomes mucho café, ni alimentos fritos ni alimentos con alto contenido de grasa, de manera que tú estomago pueda trabajar normal en la noche. El pescado, los cereales y la leche son excelentes.
- Trata de acostarte siempre a la misma hora, esto ayudara a conciliar más fácilmente el sueño.
- Al acostarte respira tranquilamente, imaginándote que estas en una cama de algodón. Expande tu estomago, llenate de aire varias veces y siente como el aire te limpia por dentro. Aguanta la respiracion y deja salir lentamente el aire por la boca, esto ayudara a que te sientas mucho mejor.
Por último, al cerrar los ojos para dormirte, visualiza los éxitos que tendrás al día siguiente, de esta manera te cargaras de energía positiva para asumir adecuadamente el día que vendrá.
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Una buena semana para todos ustedes.