Termina un año y con alegría y optimismo empezamos a pensar en los objetivos que nos fijaremos para el año que entra, soñamos con todas las cosas por hacer y nos alegramos en nuestras mentes por las metas que alcanzaremos; sin importar que estos objetivos sean repetición de nuestros viejos deseos y anhelos, y, con mucha energía nos decimos: este año si!
Nos establecemos grandes y retadores objetivos para bajar de peso, para aprender un nuevo idioma, para llamar a las personas que nos importan con mas frecuencia, ser puntuales, entre tantos otros.
En algunas ocasiones alcanzamos lo que nos proponemos, pero en otras… abandonamos… caemos en la rutina y nada más pasa, solo esperamos a que empiece un nuevo año para empezar el ciclo de nuevo.
Sin embargo, se nos olvida que cada día tenemos una oportunidad de oro para empezar de nuevo, de hecho, alguien dijo alguna vez que hoy es el primer día del resto de nuestras vidas.
El mejor día para hacer un cambio es hoy, el mejor momento es ahora.
El calendario sirve para medir el tiempo, y es inútil para definir el momento en que debemos hacer los cambios.
Haz de cada día el momento en que replanteas tu vida, haz de cada día el inicio de un nuevo año.