22 de julio de 2013

Mis creencias determinan mi éxito.



Mi vida se desarrolla en torno a mis creencias; estas se empezaron a formar desde el día en que nací, y han cambiado y evolucionado y desarrollado sin que me de cuenta, y han sido influenciadas por quienes he conocido, por todo lo que he visto y vivido a diario.

La publicidad y el mercadeo tratan de orientar nuestras creencias hacia el consumo o compra de productos en particular, haciéndonos creer que seremos mejores si consumimos tal o cual producto.

Hay algunas creencias que son más profundas que otras, y hay algunas que estoy dispuesto a negociar y hay otras que no estoy dispuesto a cambiar.

Se que no hay creencias mejores que otras, simplemente hacen parte de mi, y debo aceptar que mis creencias son diferentes a las de los demás, al igual que soy diferente de todos los que me rodean; soy diferentes y mis creencias hacen parte importante de esta diferencia.

Mis creencias han marcado el rumbo de mi vida ya que siempre he actuado basándome en mis creencias; es por esto que parte importante de mi éxito –y también de mis fracasos– se lo debo a mis creencias.

Siendo esto así, para lograr mis objetivos debo creer que:
- Soy capaz de alcanzar cualquier meta, siempre y cuando pongas todo mi empeño.
- Las personas que amo siempre hacen su mejor papel, y nunca actúan de mala fe o por hacerme sentir mal.
- No puedo controlar todas las situaciones que pasan a mi alrededor, pero si puedo usar estos hechos para crecer como persona.
- El futuro será mejor si actúo desde hoy.