25 de febrero de 2014

Piensa bien que camino seguir: estas en un laberinto, no en una autopista.


Aunque algunas veces sentimos que nuestras vidas son demasiado rutinarias, pocas veces nos damos cuenta que cada cierto tiempo llegamos a un punto en el que debemos tomar una decisión importante, un momento en el que debemos elegir una opción entre varias disponibles. Este momento nos ofrece la posibilidad de definir el rumbo de nuestra vida y decidir el camino que queremos seguir.

Cuando llegamos a este punto evaluamos las opciones disponibles y tomamos la mejor decisión posible con base en la información que tenemos a la mano, y pocas veces calculamos la forma como esta decisión afectará nuestro futuro. Debemos entender que el futuro lo construimos con las decisiones que tomamos hoy, no con las acciones de mañana.

La mayoría de las veces, las decisiones que tomamos nos mantienen en esa zona en la que nos sentimos seguros y abrigados, nuestra zona de confort, y son pocas las que somos capaces de tomar decisiones drásticas que nos obliguen a abandonar este espacio seguro. Es natural que queramos mantenernos en esta zona, aunque si queremos crecer, debemos ser capaces de aventurarnos un poco más allá de lo que conocemos.

Si pudiéramos ver nuestras vidas desde arriba, dibujada en solo dos dimensiones, seguramente no veríamos una larga línea recta, sino veríamos algo parecido a un gran laberinto: algunos caminos no nos llevan a ninguna parte, otros se bifurcan y nos ofrecen varios destinos posibles, y algunos otros son circulares y nos llevan al mismo punto desde el cual partimos, obligándonos a empezar de nuevo.

Es por esto que debemos pensar en nuestra futuro, y entender bien como cada decisión de hoy impacta mi mañana,

Si no estas contento con tu rutina, aprovecha estos puntos de decisión para desafiar tu mundo, para cambiar tu rutina aprendiendo nuevas cosas, para disfrutar cada instante al máximo. No te quedes quieto, tienes un gran laberinto ante ti por descifrar.